Estos
pensamientos tienen la intención de ayudar a otros tanto como a mí misma.
Escuché en una predicación que los hijos de los cristianos que atendieron a los
servicios de niños hasta los 18 años las
2/3 % se retiró y sólo alrededor del 1/3%
regreso. Esto me puso a pensar del ¿por qué?
Viniéndome a la mente el pasaje de Romanos 1:8 que dice: “… y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra.” Comparto: es muy triste el pensar que nos preocupamos por ir hasta lo
último de la tierra primero, cuando el mandamiento es primero en nuestra tierra
y parentela. Voy a tomar 1 de Timoteo 3:4-5 para reafirmar este pensamiento. “…
que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, (pues el que no sabe
gobernar su propia casa ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?) Si usted quiere
tener un ministerio, tiene que hacerlo bien en su casa primero, recuerde que
somos reyes y sacerdotes para Dios, tenemos que ministrar a nuestras familias y
saberlas gobernar con amor, disciplina, guía, etc, etc, etc…
El pasaje de Hechos nos enseña que tenemos que ser
testigos en donde estemos todo el tiempo; la familia, el trabajo, la escuela,
en el mandado, en las vacaciones, en la visita a los amigos. ¿Qué es lo que
ellos están viendo de nosotros para que ellos puedas ser testigos de lo que
están presenciando? Los discípulos fueron testigos físicos de los eventos que
Jesús realizó, y de lo que EL dijo que era; el hijo de Dios. Lo creyeron por lo
que vieron, para eso Jesús tomó el tiempo para enseñarles, ministrarles,
cuidarles y también disciplinarles. Nosotros como reyes y sacerdotes, obispos
de nuestras familias tenemos que estar con ellos; jugar, responder a sus
preguntas curiosas, no tener pena, ni ocultarle nada, dígale lo puro del asunto.
Que vea en usted a un amigo. Es mejor que usted satisfaga su curiosidad que otro se lo diga con malicia
dejando fantasía en su mente. Propongámonos
en no estar tan ocupados en quehaceres para Dios y para nuestros familiares y
amigos porque nos olvidamos de la
relación con ellos. Hay mucha diferencia entre hablar con ellos y el hablar
acerca de ellos. Hablar acerca de Dios no es igual que hablar con Dios en
oración. Hablar de las cosas que hacen nuestros hijos y de lo que estamos
haciendo para nuestros hijos no es igual que platicar y jugar con ellos,
preguntarles sus sueños e inquietudes.
Sea ejemplo para los que les rodean donde usted este,
no esperemos ser testigos en la iglesia, ¿para qué? o cuando vamos a otros
jugares a predicar. Prediquemos donde Dios nos ha puesto. ¿Ha compartido las buenas nuevas de
salvación? Bueno, yo tengo una buena noticia para ti; no importa el pasado, Dios
te quiere para que seas su amigo y salvar tu alma del infierno para que puedas
vivir con EL por la eternidad. No hay bueno ni siquiera uno, pero hay un
crecimiento como la luz del día, la
perfección está en Cristo. Sigue adelante y que Dios te bendiga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario