El peor enemigo que usted tiene, es usted mismo. Yo,
así como el apóstol Pablo, puedo decir: <no hago lo que
quiero>, en muchos
casos. Y en los casos cuando hago lo que debo hacer, es porque pongo mis
pensamientos en Cristo; al pensar en su gran ejemplo de humildad hacia los demás aun siendo un rey. Así que puedo reafirmar lo que la biblia menciona; que
en el interior de la persona hay dos tendencias: el desear satisfacer a la
carne y a Dios (Gálatas 5:17). Tal parece ser que en la carne es imposible andar
en el espíritu al 100% porque estamos en un mundo material, tangible; así que
reaccionamos de acuerdo a nuestro ambiente y circunstancias. Así que cuanto más
tiempo involucremos nuestra mente en las cosas carnales, es más probable que
actuemos a nuestra conveniencia y placer. No importando las consecuencias negativas
que traiga hacia los demás. Por el otro lado, si nos envolvemos más en lo
espiritual y ponemos nuestros ojos en Cristo; leyendo la biblia, orando,
meditando en ella y practicándola en los demás, como Él lo hiciera; entonces estaríamos
pensando más en el prójimo que en nosotros mismos. Pero aun así, se fallará tal
como los hombres de Dios de aquellos tiempos. Adán con la desobediencia,
Abraham con buscar al hijo de la promesa por sí mismo, David con el deseo de
los ojos. Elí con no corregir a sus hijos al no tomar en serio el sacerdocio,
Saúl, Jacob. En fin, todos conscientes o inconscientemente, reaccionamos a las
emociones de la carne; ya sea de los ojos, boca, oídos, etc. Por lo que puedo
decir que tenemos que andar humillados delante de Dios y de los hombres; de
otro modo caeremos en pecado, ¿pero quien no ha caído en pecado? ¿Usted? Analice
que es lo que pasa por su mente y vera que también es un pecador. El querer
hacer lo bueno está en el ser humano, pero cuando la prueba viene, la tendencia
del ser humano es en protegerse y cuidarse así mismo. Mis hijos son un buen
instrumento para que en mi carne me enoje. Cuando les mando a hacer algo y no
me obedecen, generalmente levanto la voz; y en algunos casos, la vara ha
intervenido, lo cual me hace sentir culpable, poniendo en mi mente no volver a
hacerlo más, pero hasta este día he fallado, y ellos también, porque me han
dicho que no desobedecerían más y aun lo siguen haciendo. Ahora, ¿por qué se
sigue haciendo lo que no se quiere? Porque no hemos doblegado el orgullo, y no
dejamos gobernar a la humildad en el corazón totalmente; al no poner nuestros
ojos en Jesús, quien se hizo manso y humilde hasta la muerte. Siendo rey no
utilizó su poder para conquistar, sino el amor y la compasión como ejemplo a
seguir. Esta humilde actuación de un rey nos debe doblegar el orgullo (Hebreos
12). También el apóstol Pablo nos comparte su experiencia en la vida. Romanos
7:15-20. < Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago
lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y yo sé que en mí, esto es, en
mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el
hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso
hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en
mí>. ¿Por qué dice que el mal está en él? Porque él no quisiera dar rienda
suelta a sus emociones negativas cuando la prueba viene, es el pecado que es
más fuerte que su deseo espiritual porque está en esta carne y en este mundo. Gracias
doy a Dios que el reino de Dios se ha extendido a la tierra en aquellos que su
deseo es honrar a su REY espiritual: Jesús, Dios y El Espíritu Santo. Estas
personas que han entrado a ser parte de este reino, muestran el fruto del
Espíritu que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza, (Gálatas 5:22-26); haciendo
esto, estaremos acercándonos más a Dios y a su reino. Porque estamos mostrando
el carácter de Él y haciendo lo que se hace en su reino. Recuerde que no se
puede estar al 100% en el espíritu porque se está en esta carne y en este
mundo. La tendencia de la carne es satisfacer sus deseos. Si
nos enfocamos en las cosas del mundo para nosotros mismos pecaremos, pero si
nos enfocamos en Jesús, entonces crucificaremos a la carne y sus deseos, al
obedecerle y amarle. No deje que el pecado se enseñoree de su persona, recuerde,
no es usted, es el pecado que mora en usted, porque lo ha practicado tantas
veces que ahora lo hace como algo natural. Dígame, ¿Cuantas veces no ha deseado
leer la biblia, orar, llevar a sus hijos al parque, comprarle algo a su mujer,
ayudar a sus padres, familiares, al pobre, etc., pero los deseos personales de
su carne quitó la oportunidad de hacerlo? Tengamos cuidado de nosotros mismos,
al estar conscientes de nuestras malas y/o ambiciosas tendencias, costumbres y
deseos. Vayamos de la mano con Dios por si nos resbalamos, Él nos levante.
viernes, 12 de septiembre de 2014
lunes, 11 de agosto de 2014
EL REINO DE DIOS NO ESTA DIVIDIDO
Tal parece
que casi la mayoría de los cristianos, sino es
que todos; llámese como se llame la iglesia; nos sentimos incómodos al escuchar las ideologías religiosas de
otros grupos y las rechazamos, pensando que están mal.
Este pensamiento, para mí, es erróneo. En
todo caso, todos estamos mal. Las distintas teologías, son sólo
nuestra manera de interpretar lo que Dios nos quiere dar a entender, acerca de Él
por medio de la biblia. Pero nuestra
interpretación no es ni siquiera un poquito de la intención
del corazón de Dios. Porque si no entendemos las
cosas que nos conciernen en este mundo; tales como el por qué de la muerte, sufrimiento, miseria, etc., mucho menos entenderemos
las cosas espirituales al 100%. Jesús le dijo a Nicodemo; < Juan 3:12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las
celestiales?> Ahora para mí, hay sólo una doctrina para ser salvo: Aceptar a Jesucristo como el único y suficiente
salvador, cualquiera otra doctrina puede ayudar
al crecimiento de la persona para dirigir su vida en la Tierra, si es que se hacen con la sana intención
de agradar a Dios. Pero no son las leyes, reglas,
ritos o tradiciones las que salvan. Por que Juan
3:18 nos dice que el que no cree en Jesús ya es condenado; no añade: “y también esto o aquello”. Si Él es lo único y es
suficiente para entrar al cielo, yo no necesito más. Esto es sacarse el premio
mayor, para mí. Creo que el que entiende esto va a sentir gozo, porque su
esperanza no está en él mismo sino en Jesucristo. Si incluimos otras doctrinas como
regla para ser salvo, estamos en graves problemas; nunca nos sentiremos seguros
de ser salvo; por más bueno que usted sea, va a fallar. Hechos 15:1-11. Si
estamos en la dimensión espiritual tenemos que entender que el reino de Dios no está dividido. Nosotros, tristemente,
nos dividimos al seguir mandamientos de hombres; que si no hacen esto o aquello
no son de Dios. Él habla de distintas maneras al corazón del hombre, pero si el
hombre hace a su denominación su Dios, no va a ir al cielo. Por supuesto que
hay una sola religión verdadera, y ahí están los verdaderos siervos de Dios. Santiago 1:27 nos dice:<La
religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta:
Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin
mancha del mundo>. Como ve, esta religión
tiene corazón, no tiene nombre. De entre todas las religiones Dios formará una
iglesia para Él. Estoy aprendiendo que para
interpretar un pasaje hay que preguntarse: < ¿Esto honra a Dios y refleja
amor a mi prójimo?> Ninguno tiene que cambiar de religión, si no quiere, lo
que tenemos que cambiar es la mentalidad, para estar unidos en el espíritu a
Dios. Es triste saber que hay situaciones extremas como el llegar a matarse los
unos a otros porque no están de acuerdo con sus creencias, cuando en los
mandamientos, Dios dice: No matarás! Entonces ¿qué
es lo que pasa? El corazón del hombre no está en seguir las ordenanzas de Dios;
sino en su propio deseo, ambición y poder. El reino de Dios no está dividido.
Dios, de los 4 extremos de la tierra levantará una iglesia, no una
denominación. Recuerde también que Dios no comparte su gloria con nadie y el
que es siervo de Dios reconoce la voz de Dios y le sigue; no se va tras las
costumbres, tradiciones, ni creencias <Hechos 10:25-28>. Tengamos bien
presente que sólo uno es el Señor y todos los demás los siervos. Dios nos ayude
a entender.
sábado, 21 de junio de 2014
¿ES EL PECADO TRANSMITIDO?
De acuerdo
a lo que he oído y leído, puedo responder: sí y no. Y voy a empezar con la
respuesta de la negación. He escuchado acerca de que Adán transmitió el pecado
de la desobediencia a toda la humanidad como si fuera parte de la genética;
pero yo no estoy de acuerdo con esta opinión. Primero que nada, la desobediencia tiene que
ver con la decisión y la acción; si esto es así, entonces estaríamos hablando
del corazón y no de la transmisión en la sangre o genética. Por favor, no le
eche la culpa a Adán de sus pecados. Adán
no está decidiendo por usted. Usted lo hace
solo y usted va a cosechar los resultados de sus acciones, buenos o malos. Los
mismos elementos, naturales y espirituales, con que fue creado Adán, son los
mismos elementos con que usted y yo fuimos creados. Adán fue creado de tierra y
todos al morir nos volveremos tierra. Él fue creado también con el aliento de
Dios para darle vida; así que se le dotó de inteligencia y dominio y/o decisión
propia. Y es por esto que Adán escogió (o decidió) no escuchar la voz de Dios,
pero sí a la voz de la serpiente. Él decidió experimentar en carne propia si lo
que Dios le dijo o lo que la serpiente le dijo, era verdad. Dígame si el pecado
se hereda, ¿de dónde lo tomó Adán, si él fue el primer humano creado por
Dios? Si Adán no hubiera sido el primero
en desobedecer a Dios, usted o yo, o algún otro en el camino de la vida, lo
hubiera sido. Pero como usted y yo
sabemos, no hay día que no pequemos contra Dios en nuestras relaciones con
otros al desobedecer sus mandamientos; así que por seguro todo el que hubiera
sido el primero lo habría desobedecido. Yo no creo que porque Adán pecó, yo
peco también. Ahora, en lo que sí estoy de acuerdo es, en que Adán al
desobedecer trajo maldición a toda la humanidad, transmitiendo el pecado a
todos sin que hubiéramos sido el que
desobedeció primero, como si fuera una herencia que se obtiene
sin haber trabajado para disfrutar del beneficio. Así sucede con el
pecado, pero por el lado negativo. Romanos
5:12 y 21 nos dice:<Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por
cuanto todos pecaron. 21) para que así como el pecado reinó para muerte, así
también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo,
Señor nuestro.> Así como Adán, también nosotros, desde ese momento de
su desobediencia estaríamos separados de
Dios. Después de la desobediencia, el hombre se sintió distinto; con miedo a
Dios y a sí mismo. Se vio desnudo y al escuchar la voz de Dios no sabía que
hacer; quiero creer que se sintió con vergüenza y desconectado de Dios por lo
que hizo. Por esta razón estamos muertos
para con Dios y vivos (activos) a nuestros deseos y pasiones; los cuales nos
separan de Él. Quiero también pensar que con su desobediencia él marcó el
ejemplo a seguir a todas las generaciones. Como el hijo de un ladrón, copiar
las malas costumbres de su padre porque es algo que aprendió como normal. Y es
por esto que ahora nos excusamos en Adán y no queremos reconocer que el poder
de decisión de hacer, o no hacer, está en nuestras manos. La decisión es lo único que es nuestro, todo lo demás es
de Dios porque Él creo todo, incluyendo a nosotros. Así como por un hombre
entró el pecado a todos, así también por un hombre, que es Jesucristo, entró la
santificación para que podamos entrar en el reino de Dios. Tenemos dos
naturalezas que trabajan en nuestros miembros: una por Adán, el pecado, y la
otra, por Jesucristo, la justificación. El ser humano tiene el poder de decidir
por cual naturaleza dejarse llevar. Decidamos por seguir a Dios a través de
Jesucristo, quien pondrá en aquellos que le busquen de verdad, y el poder de
hacer lo bueno. Usemos lo único que es nuestro (la decisión) para abolir la
transmisión del pecado de Adán al aceptar la redención transmitida por
Jesucristo.
miércoles, 9 de abril de 2014
LLAMADOS A SER MISIONEROS
Equivocadamente muchas personas pensamos que un misionero es exclusivamente la persona que se va a un lugar lejano para predicar el evangelio de tiempo completo; que se entrenó para ello y recibe por esto una ayuda para su sostenimiento. Pero si nos ponemos a pensar en el origen de la palabra misionero nos daremos cuenta que la persona no necesita irse muy lejos para serlo. Dios, Jesús ha encomendado misiones a todo aquel que ha creído en Él. Entre algunas podemos mencionar Mateo 28:19 que dice, <id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo>. Y Hechos 1:8, <… y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la Tierra.> Si bien viene siendo cierto que esto fue dicho a sus discípulos, creo que también lo está diciendo a todo aquel que cree y creerá en Él. Misión es una comisión, es un cometido temporal o a largo plazo, también se le llama misión al lugar donde se predica el evangelio, es una tarea o función. Basado en todas estas definiciones puedo decir que al cristiano se le ha encomendado la misión de llevar el evangelio y las buenas nuevas de salvación a toda persona, no importando el lugar donde se encuentre, por lo que puedo decir que el cristiano es llamado a ser misionero, no por profesión sino por obediencia, amor y agradecimiento. No desaprovechemos las oportunidades que se nos presentan porque ahí es el lugar más conveniente. Uno de esos lugares es el hogar, la familia extendida, las amistades, el trabajo, etc. Muchas veces perdemos la visión y decimos que no tenemos tiempo de ir a anunciar a otros la buena noticia de salvación, cuando ya estamos en el campo misionero sólo falta realizar la misión. Por ejemplo, en tu casa toma el tiempo de instruir a tus hijos en el camino de Dios leyéndoles historias bíblicas; de esta manera estamos cumpliendo con la misión encomendada y no necesita irse a otro lugar ni a otra familia a anunciar el evangelio. Con esto no quiero decir que no vaya a otro lugar literalmente hablando. La misión, yo entiendo, es anunciar primero a los tuyos, empezar por lo cercano y se va extendiendo hasta las personas desconocidas que se encuentran en el camino: vacaciones, mandados, o literalmente en un lugar lejano donde no se haya anunciado las buenas nuevas de salvación o vaya usted como apoyo a otros lugares donde ya se está evangelizando. Unámonos al plan de Dios; el hacer al ser humano verdaderamente libre. Sí, libre de pensar que tiene que esforzarse por ser bueno para ir al cielo; nunca lo va a ser; la gente se lo va a decir y aún su conciencia se lo va a recriminar. De esta manera ninguno sería salvo. El cristiano ha aceptado el regalo inmerecido del sacrificio de Jesús como suficiente para llevarle a Dios y morar con Él. Si es así, entonces usted tiene que entender que sus buenas obras no lo salvan como tampoco el fallar le va a negar la entrada al cielo, porque no es por obras que la gente se salva; sino el creer en lo que Jesús hizo para salvarle. En Efesios 2:8 nos dice: <Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.> Esta es la misión que tenemos que llevar a los demás, Jesús perdona todo pecado, no se tiene que quedar ahí como prisionero de sus pecados, sea libre en su conciencia y vuélvase a Dios; quien da la paz y una nueva vida.
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