De acuerdo
a lo que he oído y leído, puedo responder: sí y no. Y voy a empezar con la
respuesta de la negación. He escuchado acerca de que Adán transmitió el pecado
de la desobediencia a toda la humanidad como si fuera parte de la genética;
pero yo no estoy de acuerdo con esta opinión. Primero que nada, la desobediencia tiene que
ver con la decisión y la acción; si esto es así, entonces estaríamos hablando
del corazón y no de la transmisión en la sangre o genética. Por favor, no le
eche la culpa a Adán de sus pecados. Adán
no está decidiendo por usted. Usted lo hace
solo y usted va a cosechar los resultados de sus acciones, buenos o malos. Los
mismos elementos, naturales y espirituales, con que fue creado Adán, son los
mismos elementos con que usted y yo fuimos creados. Adán fue creado de tierra y
todos al morir nos volveremos tierra. Él fue creado también con el aliento de
Dios para darle vida; así que se le dotó de inteligencia y dominio y/o decisión
propia. Y es por esto que Adán escogió (o decidió) no escuchar la voz de Dios,
pero sí a la voz de la serpiente. Él decidió experimentar en carne propia si lo
que Dios le dijo o lo que la serpiente le dijo, era verdad. Dígame si el pecado
se hereda, ¿de dónde lo tomó Adán, si él fue el primer humano creado por
Dios? Si Adán no hubiera sido el primero
en desobedecer a Dios, usted o yo, o algún otro en el camino de la vida, lo
hubiera sido. Pero como usted y yo
sabemos, no hay día que no pequemos contra Dios en nuestras relaciones con
otros al desobedecer sus mandamientos; así que por seguro todo el que hubiera
sido el primero lo habría desobedecido. Yo no creo que porque Adán pecó, yo
peco también. Ahora, en lo que sí estoy de acuerdo es, en que Adán al
desobedecer trajo maldición a toda la humanidad, transmitiendo el pecado a
todos sin que hubiéramos sido el que
desobedeció primero, como si fuera una herencia que se obtiene
sin haber trabajado para disfrutar del beneficio. Así sucede con el
pecado, pero por el lado negativo. Romanos
5:12 y 21 nos dice:<Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por
cuanto todos pecaron. 21) para que así como el pecado reinó para muerte, así
también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo,
Señor nuestro.> Así como Adán, también nosotros, desde ese momento de
su desobediencia estaríamos separados de
Dios. Después de la desobediencia, el hombre se sintió distinto; con miedo a
Dios y a sí mismo. Se vio desnudo y al escuchar la voz de Dios no sabía que
hacer; quiero creer que se sintió con vergüenza y desconectado de Dios por lo
que hizo. Por esta razón estamos muertos
para con Dios y vivos (activos) a nuestros deseos y pasiones; los cuales nos
separan de Él. Quiero también pensar que con su desobediencia él marcó el
ejemplo a seguir a todas las generaciones. Como el hijo de un ladrón, copiar
las malas costumbres de su padre porque es algo que aprendió como normal. Y es
por esto que ahora nos excusamos en Adán y no queremos reconocer que el poder
de decisión de hacer, o no hacer, está en nuestras manos. La decisión es lo único que es nuestro, todo lo demás es
de Dios porque Él creo todo, incluyendo a nosotros. Así como por un hombre
entró el pecado a todos, así también por un hombre, que es Jesucristo, entró la
santificación para que podamos entrar en el reino de Dios. Tenemos dos
naturalezas que trabajan en nuestros miembros: una por Adán, el pecado, y la
otra, por Jesucristo, la justificación. El ser humano tiene el poder de decidir
por cual naturaleza dejarse llevar. Decidamos por seguir a Dios a través de
Jesucristo, quien pondrá en aquellos que le busquen de verdad, y el poder de
hacer lo bueno. Usemos lo único que es nuestro (la decisión) para abolir la
transmisión del pecado de Adán al aceptar la redención transmitida por
Jesucristo.