miércoles, 5 de agosto de 2020

EL DIEZMO DE ACUERDO CON EL ANTIGUO TESTAMENTO

Hoy como en tiempos antiguos, nos encontramos con el problema de entender acerca del propósito de las ofrendas dedicadas para Dios, especialmente cuando hablamos del diezmo. Hoy en día han surgido organizaciones con título religioso, pero que tienen un fin lucrativo, todo lo contrario, a lo que la biblia nos enseña (Números 12-18. Deuteronomio 12-18). 

Dios les dio ordenanzas a los Israelitas acerca del diezmo. El diezmo fue dado a los hermanos de Aaron, llamados Levitas porque eran descendientes de Levi, su padre, y, a su vez, los ayudantes del ministerio de Aaron.  Dios les dio a los Levitas la ofrenda del diezmo, y a estos se les ordenó diezmar de los diezmos que recibían para dárselos a Aaron y a sus hijos. Éste sería su sustento, pero no les dio territorio, así como a las otras tribus, porque no podrían trabajar de tiempo completo en sus tierras y en el ministerio a la misma vez. ¿Qué pasaría si Dios le hubiera ordenado al pueblo dar al sacerdote Aaron todos sus diezmos?, el varón sería extremadamente rico, pero Dios no lo hizo así, sino que se los dio a él y a sus hermanos con sus respectivas familias. Dios no les dio a los Levitas tierra y diezmo, porque serían más favorecidos económicamente que las otras tribus. Les dio los diezmos porque no les dio tierra. Así aseguró de alimento a todo su pueblo.

Si alguien, afuera de los Levitas, se atrevía a ministrar y/o servir en el tabernáculo, moría. Este ministerio fue dado exclusivamente a los Levitas y aun entre ellos si no estaban puros, morían. Démosle gracias a Dios que somos gentiles y que nos da la bendición de ser sus servidores en este ministerio de adoración (coherederos de su gracia). En la actualidad, todos los que ejercen el sacerdocio de la palabra, los ministros de la alabanza y todos los que sirven en el templo, de acuerdo con el Antiguo Testamento, ya estuvieran muertos, porque muchos no son descendientes de la tribu de Levi. Gracias a Dios que estamos bajo la gracia y no bajo la ley.

Como lo he mencionado anteriormente, la ofrenda del diezmo era una forma de adoración para Dios. Dios la distribuyó, les dio a los Levitas su parte; que en cierto sentido era el salario por su servicio del tiempo completo en el santuario; EL eligió su parte que era la grasa, la sangre y ciertas partes de los animales las cuales eran consumidas por el fuego, el holocausto; y dio una parte para los necesitados. Cada 3 años los Israelitas almacenaban su diezmo para los huérfanos y las viudas. Hoy en día podríamos decir que el diezmo es para pagar a los pastores, sacerdote, misioneros, ministros de alabanza, técnicos, gastos del edificio, y para ayudar al necesitado; creyente o no.  Y como no podemos cocinar dinero para la porción de Dios, entonces ¿qué le pertenece de tu ofrenda a Dios? ¿No es acaso la sinceridad de tu corazón al venir a su casa con la ofrenda de tu voz para cantar, y de tu oído para escuchar su palabra y ponerla por obra? Esta es la parte que a Él le pertenece. Si todos diezmáramos en nuestras congregaciones no habría hambre en la tierra. Unos trabajarían en lo secular para dar el diezmo, otros se dedicarían a administrar las ofrendas, incluyendo el diezmo, para cubrir las distintas necesidades y pagar los salarios de los que se dediquen de tiempo completo en este ministerio. Las ofrendas no son para hacer negocio, es para mostrar amor a Dios a través de mi prójimo. Si alguien nos pidiera ayuda no le diríamos, Dios te proveerá; sino, en la casa de Dios hay alimento para ti.