viernes, 23 de noviembre de 2012

¡SI NO PERDONAS, NO SERAS PERDONADO!



Me he despertado muy de madrugada y decidí escribir esto que invade mi pensamiento: Si no perdonas a los que te ofenden, (intencionalmente o no), mi padre que está en los cielos, tampoco te perdonará.
Cuantas veces nos sentimos lastimados por un comentario o acción que nos hizo sentir avergonzados y lo recordamos con dolor y enojo, dando  cabida a que llegue a nuestro corazón causando aún más dolor. Pensando en esto; llego a la conclusión que por lo general nos ponemos como víctimas y no como los agresores, pero si esto fuera verdad, entonces donde están los agresores. Cada uno de nosotros somos los agresores y víctimas en distintas circunstancias y tiempo, sería más fácil aliviar nuestra amargura pensando en cuantas veces hemos cometido errores que nos avergüenzan y que desearíamos nunca haberlos cometido. Si pensáramos de esta manera, sería más fácil olvidar lo sucedido.
Tú tienes el poder de decidir de apagar el infierno que llevas dentro o dar descanso a tu alma sintiendo paz al perdonar. Perdona y Dios te perdonará. Y si eres Cristiano, mi pregunta es, ¿Qué estás haciendo predicando de Dios cuando necesitas ser predicado? Dios te quiere y sabe lo que sientes y estás pensando, no dejes que esto sea un obstáculo a tu crecimiento espiritual. Perdona y serás perdonado. No te preocupes yo también he estado ahí. Creo que todos hemos vivido estas experiencias. Yo soy la primera en admitir que he fallado en esto, por esto estuvo en mi mente toda esta noche la frase; si no perdonas, no serás perdonado. Y como quiero ser perdonada entonces tengo que perdonar.
Si Jehová es tu Dios, entonces escucharás lo que dice Mateo 6:15 y Marcos 11:26. Libérate de este sentimiento. Primero dentro de ti, di el nombre de la persona/as que piensas que te ofendieron y dile/s que le/s perdonas, después pide perdón a Dios por lo que tú hayas ocasionado en el corazón de alguna persona sin querer o queriendo, cuando regrese ese sentimiento de amargura pronuncia que tú has perdonado a esa persona hasta que la amargura desaparezca por completo.