martes, 22 de diciembre de 2020

HISTORIAS DE JESUS ACERCA DE LA ORACION

 En Lucas 18, captó mi atención la correlación que existe, entre los hechos y las parábolas, así como la conducta/carácter de cada uno de los personajes.  Jesús está enseñando acerca de la importancia de orar siempre y sin parar. Comenzó con la parábola de una viuda y un juez injusto. Jesús les dijo: “había una viuda que iba ante un juez, a quien no le importaba nada, ni temía a Dios. Esta viuda iba y no la atendía, pero siguió yendo una y otra vez, hasta que el juez se cansó de verla. Fue entonces cuando dijo que le iba a hacer justicia para que no le fuera a colmar la paciencia”. Entonces Jesús les dijo: si esta viuda fue oída por este malvado juez, por su insistencia, pues con mayor razón serán oídos ustedes si claman a Dios. Jesús finalizó diciendo: “pero… cuando el hijo del hombre venga, ¿el ser humano tendrá fe? “Les formuló otra historia acerca de un fariseo y un publicano. El fariseo se presentó delante de Dios con gran orgullo, muy seguro de sí mismo, a tal grado que vio de menos al publicano; quien se sentía sucio y decaído por no poder cumplir con la ley al 100 %. Este publicano se humilló delante de Dios, pidiendo perdón y clamó por misericordia. En esta parábola Jesús terminó diciendo; el que se sienta limpio será humillado, en este contexto no será escuchado, y el que se humille será enaltecido, en este contexto escuchado, por lo tanto, el publicano se fue perdonado, justificado y con paz. El otro no hal gracia delante de Dios; su oración no fue atendida. Y Mientras enseñaba Jesús le traían niños, pero los discípulos reprendían a los padres para que dejaran de traerlos, en seguida Jesús tomó a los niños y les dijo: “dejen a los niños venir a mí porque de ellos es el reino de los cielos”, y mirando a los adultos les dijo que si querían entrar a su reino tendrían que hacerse como niños. Es obvio que no hablaba de la edad, pues hablaba de su inocencia y fe; un niño todo lo cree. En el proceso un joven rico le preguntó cómo podría heredar la vida eterna. Jesús le respondió que siguiendo los mandamientos; no matar, no robar, no codiciar las cosas de los demás, no mentir, ayudar a los padres, etc. El joven respondió; lo he hecho, y Jesús le contestó; te falta una cosa, vende todo lo que tienes y ven y sígueme. El joven se entristeció porque no quería perderlo todo. Al verlo triste, Jesús le dice a la gente que le sería bien difícil a un rico entrar al reino de los cielos. Preocupados le preguntaron; ¿Quién podrá ser salvo si se requiere venderlo todo? En cierto sentido, la gente le dijo, pero quien va a dejarlo todo, cuando necesitamos por lo menos algo para vivir. Jesús les contestó, lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. Jesús les está diciendo que a través de la Ley es imposible entrar al Reino de los cielos, pero lo que no podría hacer el hombre lo podría hacer Dios, a través del sacrificio de Jesucristo en su muerte, dando así vida eterna gratis, en cierto sentido, pues hay algo que tú y yo tenemos que hacer, y eso es creerle y creer en EL. Esto se llama fe. Por supuesto Jesús dijo que si le daban todo tendrían más de lo que dieran en esta vida y aparte tendrían la vida eterna. Dios prueba el corazón, no te pide que dejes algo solo por dejarlo. Después de esto se apartó de la multitud con sus discípulos y les dijo que iba a cumplirse lo que los profetas anunciaron del hijo del hombre; que tenía que ser humillado hasta en la forma de su muerte, pero que al tercer día resucitaría. Los discípulos no entendieron el por qué dijo eso. Y en el último relato del capítulo menciona como Jesús sanó a un ciego en el camino a Jericó. Este hombre escuchó alboroto y preguntó qué era ese bullicio. Le dijeron que Jesús estaba pasando. Instantáneamente el ciego empezó a clamar a Jesús por su atención; la gente lo callaba, pero él clamaba aún más fuerte, hasta que Jesús le atendió y le dijo: “¿Qué quieres que te haga?” El hombre respondió; que reciba la vista. Jesús vio su fe y le dijo: “tu fe te ha curado/salvado”.                                                                                                                                                           

En conclusión, para que Dios nos atienda, de acuerdo con este capítulo, hay que venir con humildad, persistencia, y dispuesto a dejarlo todo, y finalmente lo que sustenta a esas tres conductas es la Fe. Sin fe, aunque haya humildad, persistencia y demos todo, nada va a acontecer. Dios nos ayude a creer.

miércoles, 5 de agosto de 2020

EL DIEZMO DE ACUERDO CON EL ANTIGUO TESTAMENTO

Hoy como en tiempos antiguos, nos encontramos con el problema de entender acerca del propósito de las ofrendas dedicadas para Dios, especialmente cuando hablamos del diezmo. Hoy en día han surgido organizaciones con título religioso, pero que tienen un fin lucrativo, todo lo contrario, a lo que la biblia nos enseña (Números 12-18. Deuteronomio 12-18). 

Dios les dio ordenanzas a los Israelitas acerca del diezmo. El diezmo fue dado a los hermanos de Aaron, llamados Levitas porque eran descendientes de Levi, su padre, y, a su vez, los ayudantes del ministerio de Aaron.  Dios les dio a los Levitas la ofrenda del diezmo, y a estos se les ordenó diezmar de los diezmos que recibían para dárselos a Aaron y a sus hijos. Éste sería su sustento, pero no les dio territorio, así como a las otras tribus, porque no podrían trabajar de tiempo completo en sus tierras y en el ministerio a la misma vez. ¿Qué pasaría si Dios le hubiera ordenado al pueblo dar al sacerdote Aaron todos sus diezmos?, el varón sería extremadamente rico, pero Dios no lo hizo así, sino que se los dio a él y a sus hermanos con sus respectivas familias. Dios no les dio a los Levitas tierra y diezmo, porque serían más favorecidos económicamente que las otras tribus. Les dio los diezmos porque no les dio tierra. Así aseguró de alimento a todo su pueblo.

Si alguien, afuera de los Levitas, se atrevía a ministrar y/o servir en el tabernáculo, moría. Este ministerio fue dado exclusivamente a los Levitas y aun entre ellos si no estaban puros, morían. Démosle gracias a Dios que somos gentiles y que nos da la bendición de ser sus servidores en este ministerio de adoración (coherederos de su gracia). En la actualidad, todos los que ejercen el sacerdocio de la palabra, los ministros de la alabanza y todos los que sirven en el templo, de acuerdo con el Antiguo Testamento, ya estuvieran muertos, porque muchos no son descendientes de la tribu de Levi. Gracias a Dios que estamos bajo la gracia y no bajo la ley.

Como lo he mencionado anteriormente, la ofrenda del diezmo era una forma de adoración para Dios. Dios la distribuyó, les dio a los Levitas su parte; que en cierto sentido era el salario por su servicio del tiempo completo en el santuario; EL eligió su parte que era la grasa, la sangre y ciertas partes de los animales las cuales eran consumidas por el fuego, el holocausto; y dio una parte para los necesitados. Cada 3 años los Israelitas almacenaban su diezmo para los huérfanos y las viudas. Hoy en día podríamos decir que el diezmo es para pagar a los pastores, sacerdote, misioneros, ministros de alabanza, técnicos, gastos del edificio, y para ayudar al necesitado; creyente o no.  Y como no podemos cocinar dinero para la porción de Dios, entonces ¿qué le pertenece de tu ofrenda a Dios? ¿No es acaso la sinceridad de tu corazón al venir a su casa con la ofrenda de tu voz para cantar, y de tu oído para escuchar su palabra y ponerla por obra? Esta es la parte que a Él le pertenece. Si todos diezmáramos en nuestras congregaciones no habría hambre en la tierra. Unos trabajarían en lo secular para dar el diezmo, otros se dedicarían a administrar las ofrendas, incluyendo el diezmo, para cubrir las distintas necesidades y pagar los salarios de los que se dediquen de tiempo completo en este ministerio. Las ofrendas no son para hacer negocio, es para mostrar amor a Dios a través de mi prójimo. Si alguien nos pidiera ayuda no le diríamos, Dios te proveerá; sino, en la casa de Dios hay alimento para ti. 


viernes, 29 de mayo de 2020

DE DIOS ES TODA HONRA Y GLORIA


Cada vez que leo la biblia aprendo algo nuevo. Hechos 14:11-18. Bernabé y Pablo enseñaron a que no se debe adorar a algo creado por Dios. Cuando estuvieron en la antigua Grecia, al sanar a un paralítico, les llamaron dioses en forma de hombre: a Bernabé le llamarón Júpiter y a Pablo, Mercurio. Este hecho llevó a muchos a querer adorarlos, incluyendo al sacerdote del templo de Júpiter; éste traía toros y guirnaldas para el holocausto, pero viendo esto Pablo y Bernabé se rasgaron las ropas y les explicaron que Dios los había mandado por el mismo motivo de lo que estaban a punto de hacer. Pablo les explicó que Dios desaprobaba la adoración a otros dioses, pues no son dioses, sino imaginación/pensamiento del hombre, que se debería adorar al único Dios; al que hizo los cielos, la tierra, el mar y todo lo que existe, por lo que a Él solo se le tiene que ofrecer la gloria, la honra y la alabanza. Pablo y Bernabé pudieron sacar provecho de esto, pero, por el contrario, rasgaron sus ropas y arriesgaron sus vidas confesando que eran humanos semejantes a ellos para no recibir la adoración. En Apocalipsis 22:8:9 puedo ver que, si se nos aparecen ángeles, que ni aun a ellos adoremos, pero ¿cómo reconoceremos que son siervos de Dios y no Dios mismo? Se reconoce porque no se quedarán con la alabanza, pues reconocen tanto seres celestiales como humanos que no les pertenece a ellos la adoración, sino al único Dios verdadero, al que hizo los cielos, el mar, la tierra y todo lo que en ellos hay. El que se queda con la honra/gloria no tiene una relación y/o no conoce a Dios.                Romanos 1:18-25. Nos da a conocer que Dios esta airado con los que saben la verdad de Dios y no la enseñan. Esta verdad acerca de Dios es que no hay dioses verdaderos, sino solo uno y es a Él a quien se le debe de dar la adoración por los siglos de los siglos Amén. Los dioses que el ser humano tiene son creación de su razonamiento/pensamiento. El ser humano adora a lo que ellos crean y no al Creador de ellos y de todo lo que existe. Esto le molesta mucho. Dios nos hizo para tener comunión con El. Pablo dijo que el hombre ha cambiado la imagen incorruptible de Dios en una semejanza de imagen de hombre corruptible. Lo que quiere decir que le ofendemos al hacernos semejanza de Dios en algo así como un humano y algo que se descompone al morir. ¡Imagínese a un hombre mentiroso, borracho, malhablado, desleal, etc. haciendo una escultura del Dios incorruptible, puro y santo! Imagínate que hagan de ti un monumento para recordar tus buenas obras; y tu cara parezca de rana, nada parecido a ti, pero te han dicho que eres tú y en la placa esta tu nombre complete. Te aseguro que vas a querer quitarlo. En el antiguo testamento el arca del pacto era sagrada, pues estaban los mandamientos de Dios y la prueba de sus provisiones a su pueblo como recordatorio. Ninguno podía tocarla, pues moría por estar impuros. ¿Por qué entonces un ser humano se atreve a hacer una semejanza de lo incorruptible/Dios? Pablo nos invita a que cambiemos nuestros caminos a los caminos de Dios. Y como dice Éxodo 20, no nos hagamos imagen, ni semejanza de lo que esta arriba en el cielo, ni aquí en la tierra, ni debajo de la tierra para adorar, pues Dios se aíra con los que hacen y adoran imágenes. Dios quiere que le adoremos como dice Juan 4:23 en espíritu y de verdad, y que seamos como el ángel, Bernabé y Pablo reconocer que somos consiervos los unos con los otros y que la honra, la gloria y la alabanza le pertenecen a quien nos hizo y provee de los recursos para nuestra existencia y sobre todo de nuestra salvación para la entrada al padre; a Jesucristo.