viernes, 22 de noviembre de 2013

GRANDE EN EL REINO DE LOS CIELOS



Es bien interesante observar a un niño después de leer algunos versículos acerca de los niños en la biblia y empezar a escribir acerca de ello. Quise averiguar acerca de la reacción de mi propio hijo.  Así que le pedí que le diera un beso a mis pies. Y esto fue lo que pasó: él vino, y fijando sus ojos  en los míos me preguntó: ¿Por qué?... Le dije que me dolían y que un beso los curaría. Miró mis pies, se fue  y regresó con un pedazo de hielo, poniéndolo sobre ellos. Un niño todo lo cree, llora de dolor y sentimiento cuando se le oprime; y aun así, no odia ni guarda rencor. Es inocente y humilde, habla diciendo lo que está en su mente y corazón, se enoja de frustración, se distrae fácilmente, es honesto, sincero, no piensa en las consecuencias de sus acciones. En el caso de mi hijo, él creyó que me dolían mis pies, pero tal parece que no creyó que un beso sería efectivo para calmar el dolor sino un pedazo de hielo. En la biblia, en Mateo 18:3-4, nos dice que si no fuéremos como un niño no entraremos en el reino de los cielos; así que ningún adulto que no se haga como un niño va a entrar en él. Niño en la forma de actuar; ellos no hacen las cosas porque sean orgullosos, sino por inseguridad, miedo o distracción. Están interesados en otras cosas, en lo emocional y espiritual; no guardan rencor, no odian, ni pagan mal por mal. Lucas 9:48, menciona que los más pequeños en la tierra son los más grandes en el reino de los cielos y los niños son unos de ellos con los nuevos creyentes que están como niños recibiendo la  salvación de Dios. Estos son más grandes que el adulto más rico en la tierra, a menos que éste se haga también como un niño. En el libro de Marcos 10:42-45, menciona quién es el más grande en la Tierra y en el cielo. En la Tierra es al que se le sirve y tiene más, pero en el reino de los cielos es aquel que sirve a todos en la Tierra: ricos, pobres, bonitos y feos; éste es  más grande. Y uno es el más grande entre los grandes que sirvió en la Tierra a todos a través de su muerte; que fue con el propósito de salvar a toda la humanidad, si es que la persona acepta este sacrificio de Jesucristo como algo más que suficiente para su redención. En Mateo 5:19-20 dice, a mi parecer, que en el reino de los cielos se va a clasificar a la gente, en este pasaje nos dice que todo aquel que enseñe; ya sea a través de una predicación, clase, exhortación, evangelismo, escritura, etc., pero que no hace lo que dice entonces será llamado muy pequeño en el cielo. Y a aquel que enseña y hace lo que dice, será llamado grande en el reino de los cielos. También nos dice que si la justicia de estos maestros espirituales no es mayor que la de los escribas y fariseos ni siquiera entrarán al cielo, aunque enseñen; porque estas personas usan su posición para su propia conveniencia, no actúan imparciales ni con justicia. En Marcos 10:14-15 y Lucas 18:17 nos dicen que el que no reciba el reino de los cielos como un niño no entrará en él. ¿Por qué? Porque un niño todo lo cree, tiene fe, se regocija con cualquier cosa, todo le es bonito y es aventurero. Así que tenemos que creer para entrar en el reino de Dios. Finalmente Mateo 19:14 nos dice que Jesús se indignó cuando sus discípulos no dejaban a los niños acercarse a Él. Él les dijo: dejen a los niños venir a mí, no se los impidan porque de ellos es el reino de los cielos. De acuerdo a todos estos versículos llego a la conclusión de que uno tiene que tratar a los niños y a los ancianos,  que con el paso de los años se vuelven como niños, a los pobres que son humildes de corazón; a los ricos amables y sencillos, como  verdaderos ricos, porque de ellos es el reino de los cielos. Por esta razón, se quedarán afuera los jactanciosos, los soberbios, los altaneros, los orgullosos y los perversos.