martes, 3 de septiembre de 2013

RELIGION



Por mi conocimiento, considero que hay solo 2 religiones: la verdadera y la falsa. La primera se  basa en el amor a Dios y a su semejante; la segunda, se basa en el beneficio personal. Ser religioso no es cumplir con las reglas, leyes o mandamientos sólo por cumplirlas; sino cumplirlas con el propósito de adoración y  sometimiento por la deidad y voluntad de Dios. En el principio no había religiones (nombres de grupos religiosos), había una relación entre Dios y el hombre. Veamos algunos ejemplos de errores que una persona religiosa puede cometer. (Génesis 4:3-10) En Caín  podemos ver que el ofrecer un culto, ofrenda u holocausto no garantiza que haya una actitud pura, limpia, sincera, de agradecimiento, de humillación  y adoración a la grandeza de un Ser Todopoderoso. Caín pensó que con el hecho de traer la ofrenda seria automáticamente aceptada por Dios, pero no, sabe Dios cuál sería la motivación por la cual ofreció la ofrenda. Dios no miró el hecho de que se le ofreció una ofrenda sino que Él miro la intensión de su corazón. Cuando Caín se sintió rechazado se enfureció al punto de matar a su hermano. No lo hubiera hecho si hubiera tenido temor y respeto a Dios y por supuesto amor a su hermano. Tuvo celos. Otro ejemplo es los hijos de Aarón. Números 3:4. Aarón y sus hijos fueron puestos por Dios como sacerdotes, pero por ignorancia, descuido o falta de temor, éstos dos hombres hicieron lo que ellos pensaron era correcto, pero vemos que estaban equivocados, les costó la vida. Dios demanda temor  y obediencia; pensaron que con ser sacerdotes estaban salvos de condenación. Recuerde que fuimos creados para la honra y gloria de Dios, no para recibir gloria y honra entre nosotros mismos. Ahora veamos Mateo 23:23, «! Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.» ¿Qué le parece esta religiosidad? Los conocedores de la ley, los que estaban para impartir justicia y guiar al pueblo hacia Dios. Estaban; sin pensarlo, quiero creer, fallando en el propósito por lo cual habían sido nombrados. ¿Tenían ellos un acercamiento con Dios o solo eran ritos y costumbres lo que realizaban? Fíjense, Querían matar al hijo de Dios, solo porque Jesús no les obedecía en lo que ellos querían.  No eran espirituales, lo que querían era el poder, la honra y la gloria. Ellos pensaban que la ley no sería aplicada a ellos, puesto que  eran los jueces y guías, pero vemos que no.  Jesús puso el ejemplo de cumplir con la ley. Jesús los  desenmascaró diciendo: “¿Quién de vosotros, si su asno… cae en algún pozo, no lo sacará…, aunque sea en día de reposo, Lucas14:5”. Ahora veamos qué es cumplir con la ley de acuerdo a Jesús. Él les dijo a los escribas y fariseos que si se invalida una ley por causa de hacer el bien, entonces la persona queda sin culpa (Mateo 12:2-12). En estos ejemplos estamos viendo una errónea religiosidad, no santidad ni relación con Dios. Un día ellos también le trajeron a Jesús una mujer para que la juzgara de acuerdo a la ley y le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio… y tú, pues, ¿qué dices?”... y Jesús les dijo: “El que de vosotros esté limpio sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. En cierto sentido, Jesús no cumplió en ella lo que en la ley de Moisés se le estableció al pueblo de Israel, primero que nada ¿por qué no apedrean al hombre también?, sería justo, ¿no? Jesús dijo en Mateo 5:17: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”. Entonces aquella persona que cumple la ley, no es la que juzga a su conveniencia o intuición (opinión) sino el que ejercita la justicia, la misericordia y la fe que se resume en el amor a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismo. Jesús mostró misericordia a la mujer y justicia en la acción; el hombre también debería ser apedreado. No quebrantemos los mandamientos de Dios por tradiciones o reglas internas olvidándonos de lo más importante, el AMOR (Mateo 15:1-9).

CONFORME AL CORAZON DE JEHOVA



¿Podría alguien estar conforme al corazón de Jehová? ¿Si no hay ningún justo, ni uno solo? Suena imposible. El corazón de Dios es puro, limpio, justo, santo, perfecto, etc., etc… todo lo contrario al ser humano; pero de acuerdo a la biblia en 1ra de Samuel 13:14, hechos 13:12, mencionan que David andaba conforme al corazón de Jehová. ¿Qué quiere decir esto, si David fue un asesino? pues era un guerrero, cometió homicidio al permitir que mataran a su soldado durante la guerra. Y por si fuera poco, también adulteró, quitándole la mujer a su soldado por codicia y ociosidad. Desde muy jovencito David mostró ser valiente y extrovertido, nada miedoso ni tímido. Dios siempre estaba con él porque David le buscaba y creía en él, haciendo todo lo que le pedía. Él era muy astuto pero también sumiso; suficientemente inteligente para reconocer sus errores, pedir perdón y no volverlos a cometer. Dios no mira lo que mira el hombre, sino que él mira el corazón, y el por qué hiciste o no las cosas. (1ra. Crónicas 23:5, 2nd Crónicas 7:6) La biblia menciona que David le componía canciones y poemas para exaltar el poder, el amor y la fidelidad de Dios. Le entregaba sus batallas; y cuando él le alababa su espíritu, alma y cuerpo, él estaba realmente entregado a la adoración. No lo hacía por llamar la atención, sino que lo hacía por la gran pasión que sentía, envolviendo agradecimiento y regocijo para y por Dios. Obraba con justicia hacia su prójimo, porque le amaba y respetaba, como Dios quería (1ra Crónicas 16:1-4), tenía deseo y pasión de ser cada día más justo, obediente y entregado a Dios. Reconocía que Jehová era el Todopoderoso y que los demás dioses eran hechos por manos humanas fabricados de barro, madera, piedra, oro y otras clases de metal. Que aquéllos no tenían el poder del Dios invisible. David tenía una relación íntima con su creador; le contaba sus sueños, le preguntaba cómo resolver sus asuntos, le entregaba sus victorias. Reconocía que no eran de él sino de Dios, pues en verdad Dios le decía cómo hacer para ganarlas, le escuchaba y aunque en lo humano también era apasionado y fallaba; se le compungía su espíritu, reconocía y aceptaba el castigo, y entonces ordenaba sus caminos hacia Dios. Como seres humanos, jamás seremos perfectos por obras; porque mientras estemos en este cuerpo, algunas veces fallaremos, pediremos perdón de todo corazón y enderezaremos nuestros caminos. En esta misma forma, todo seguidor de Dios es perfecto, no por lo que hace, sino  por Jesucristo. En Él nos perfeccionamos porque Él es perfecto. Somos santos, no porque seamos muy puros, sino porque Jesús nos santificó. Somos redimidos porque también nos redimió. Cuando uno es justificado ante Dios, es porque tiene una amistad con Jesucristo; esto es hermoso, porque si no fuera por Él, nadie entraría ante la presencia de Dios (Gálatas 2:11-21). Ahora bien, cuando usted y yo reconocemos que no somos nada sin Él; y le buscamos para que gobierne nuestra vida entera y estemos dispuestos a obedecerle, entonces empezaremos a estar conforme a su corazón. Porque en su corazón está el que haya una relación y entrega total, entre Dios y el hombre.