lunes, 31 de diciembre de 2012

SE TESTIGO DONDE ESTES



Estos pensamientos tienen la intención de ayudar a otros tanto como a mí misma. Escuché en una predicación que los hijos de los cristianos que atendieron a los servicios de niños  hasta los 18 años las 2/3 % se retiró y sólo alrededor del  1/3% regreso. Esto me puso a pensar del ¿por qué?  Viniéndome a la mente el pasaje de Romanos 1:8 que dice: “… y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Comparto: es muy triste el pensar que nos preocupamos por ir hasta lo último de la tierra primero, cuando el mandamiento es primero en nuestra tierra y parentela. Voy a tomar 1 de Timoteo 3:4-5 para reafirmar este pensamiento. “… que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, (pues el que no sabe gobernar su propia casa ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?) Si usted quiere tener un ministerio, tiene que hacerlo bien en su casa primero, recuerde que somos reyes y sacerdotes para Dios, tenemos que ministrar a nuestras familias y saberlas gobernar con amor, disciplina, guía, etc, etc, etc… 
El pasaje de Hechos nos enseña que tenemos que ser testigos en donde estemos todo el tiempo; la familia, el trabajo, la escuela, en el mandado, en las vacaciones, en la visita a los amigos. ¿Qué es lo que ellos están viendo de nosotros para que ellos puedas ser testigos de lo que están presenciando? Los discípulos fueron testigos físicos de los eventos que Jesús realizó, y de lo que EL dijo que era; el hijo de Dios. Lo creyeron por lo que vieron, para eso Jesús tomó el tiempo para enseñarles, ministrarles, cuidarles y también disciplinarles. Nosotros como reyes y sacerdotes, obispos de nuestras familias tenemos que estar con ellos; jugar, responder a sus preguntas curiosas, no tener pena, ni ocultarle nada, dígale lo puro del asunto. Que vea en usted a un amigo. Es mejor que usted satisfaga  su curiosidad que otro se lo diga con malicia dejando fantasía en su mente.  Propongámonos en no estar tan ocupados en quehaceres para Dios y para nuestros familiares y amigos  porque nos olvidamos de la relación con ellos. Hay mucha diferencia entre hablar con ellos y el hablar acerca de ellos. Hablar acerca de Dios no es igual que hablar con Dios en oración. Hablar de las cosas que hacen nuestros hijos y de lo que estamos haciendo para nuestros hijos no es igual que platicar y jugar con ellos, preguntarles sus sueños e inquietudes. 
Sea ejemplo para los que les rodean donde usted este, no esperemos ser testigos en la iglesia, ¿para qué? o cuando vamos a otros jugares a predicar. Prediquemos donde Dios nos ha puesto.  ¿Ha compartido las buenas nuevas de salvación? Bueno, yo tengo una buena noticia para ti; no importa el pasado, Dios te quiere para que seas su amigo y salvar tu alma del infierno para que puedas vivir con EL por la eternidad. No hay bueno ni siquiera uno, pero hay un crecimiento como la luz  del día, la perfección está en Cristo. Sigue adelante y que Dios te bendiga!